Esta escenificación de la muerte, conducida por los niños y protegida por los mayores, es una tradición antigua que se remonta a varios siglos atrás, y ha sido preservada hasta nuestros días por la comunidad del Valle de Allende, al sur del Estado de Chihuahua.

La fiesta de los niños valleros ha sido registrada por el lente de la fotógrafa Sylvia Alonso Espinosa, neolonesa radicada en Chihuahua ya de varias décadas, donde lleva varios años dedicados a documentar los rituales y costumbres de la Semana Santa Rarámuri. Su interés por adentrarse en las tradiciones norteñas la ha llevado a fotografiar a diferentes grupos humanos, en sus manifestaciones culturales y religiosas en distintos escenarios y tiempos.

Para poder fotografiar con naturalidad los diversos rituales que se presentan ante sus ojos, Sylvia Alonso sabe hacerse invisible y cercana al mismo tiempo. Que es una cualidad muy necesaria para el fotógrafo documental, que busca captar lo esencial para mostrarlo lo más nítidamente a diversos públicos.

La cualidad estética de este trabajo, que hoy se presenta en Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural, tiene paralelismos con la estética barroca de los siglos XVII y XVIII. El barroco histórico buscaba impresionar a los espectadores, introduciéndolos en una especie de teatro sacro o civil, que impactaba su sensibilidad. De ahí los drapeados intensos, los escorzos de los cuerpos tendidos, los efectos de luz y sombra en los claroscuros de las pinturas, esculturas y escenarios de aquel tiempo y la intensidad en los sentimientos humanos en su máxima expresión. Todos estos valores estéticos se encuentran en esta exposición “Los Seremos”.

¿Qué más conmovedor que ver la escenificación de los niños muertos frente a las puertas de los hogares valleros? Las diversas fotografías aprovechan el ambiente nocturno, apenas iluminado con una vela de cebo, con cruces sobre los cadáveres, envueltos en sábanas que se vuelven orografías, que esconden el candor de los angelitos que juegan a “Los Seremos”, porque si no obtienen lo que cantan: puertas y ventanas nos la pagarán...

La tarde noche del 1 de noviembre, en vísperas del Día de muertos, en un ambiente ya del frío otoñal, los pequeños grupos de niños se preparan para visitar las casas del Valle. Hay rezos y cantos, mientras los niños hincados piden por los niños finados. La limosna que reciben los enseña a ser justos y equitativos en la repartición final de los dulces recolectados.

“Los Seremos” es una tradición única del Estado de Chihuahua, que pide ser reconocida, protegida y preservada como patrimonio intangible que enriquece aún más uno de los puntos del “Camino Real de tierra adentro”, reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad y que se concreta en Valle de Allende, Chihuahua.

Paulo E. Medina

Sylvia Alonso Espinosa es una fotógrafa documental nacida en Monterrey, Nuevo León que ha desarrollado su carrera en el Estado de Chihuahua. A seguido su capacitación fotográfica, continuando su aprendizaje con distintos talleres impartidos por reconocidos maestros, entre los que destacan Eniac Martínez, Francisco Mata Rosas, Patricia Aridjis, Pedro Valtierra y Stella Johnson.

La cultura y tradiciones siempre le han atraído, por lo que desarrolla el proyecto en el cual se ha dedicado los últimos 6 años al documentar los rituales y costumbres de la Semana Santa Rarámuri, en la comunidad en Norogachi, ubicada en la Sierra Tarahumara Alta. Este trabajo fue el inicio de sus exhibiciones individuales en diversas ciudades de estado y fue premiado con la beca David Alfaro Siqueiros (PECDA). Actualmente es jurado y tutora del PECDA Guanajuato 2022-2023.

Ha realizado exposiciones colectivas de fotografía urbana de la ciudad de Chihuahua y de difusión de patrimonio cultural para el INAH.

También de Performance en Maielie Khonkhan, Tailandia y en el BACC 2022 de Bangkok en Tailandia. Seleccionada para participar en el montaje “La frontera invisible” en Louis Bernal Gallery, en Tucson, Arizona y “Mirar al norte” en San Pedro, N.L. Con el colectivo Fotógrafas del norte.

Seleccionada en la convocatoria de “La Paz” del premio OXXO para exposición colectiva y para el taller de edición fotográfica con Alfonso Morales Carrillo, director de la revista Luna Córnea en el Centro de la Imagen.

Fundadora y voluntaria del patronato Tonantzin para la construcción de la Basílica de Guadalupe en Chihuahua, fotografiando conciertos, conferencias, así como el avance de obra. Voluntaria en Granja Hogar, estancia infantil y voluntaria desde marzo de 2019 en Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME), organización religiosa internacional que inicia en Múnich, Alemania en el 2012. Fundadora y miembro del colectivo fotográfico femenino “Melenas”. Dirigió el proyecto del foto libro “Palacio Alvarado. Su historia”, seleccionado por el Eká Nawéame en sus 2 emisiones, de donde nace “Sal de Luz” Colectivo Fotográfico, que dirige actualmente.