Aurora Reyes ha sido una figura femenina poco estudiada por la historia del arte mexicano pese a su gran relevancia y aportaciones para el desarrollo de la cultura nacional. Fue la primera mujer en realizar un mural en México en 1936 y, desde entonces, se distinguió por preocuparse por las problemáticas de desigualdad social del país, mismas que plasmó a lo largo de su vida tanto en su obra plástica como literaria. Su vocación como docente se enfocó en promover los valores de la educación socialista durante el periodo cardenista, al conceptualizar e implementar metodologías para la enseñanza artística, públicas e integrales, que vincularon la misión educativa con los movimientos artísticos y su cauce.
Como servidora pública se caracterizó por establecer cambios significativos dentro de la Secretaría de Educación Pública, al obtener nombramientos que permitieron dignificar la noción y las condiciones de maternidad de las mujeres trabajadoras y abrir camino al debate de perspectiva de género hasta lograr el voto de la mujer en 1955.
En el ámbito de las artes plásticas su obra abarca un vasto universo de estilos y técnicas, este aspecto de su carrera es el menos estudiado y reconocido hasta ahora. Si bien, su obra de caballete es escasa, su producción dibujística da cuenta de su ímpetu creador. Mediante la exploración de su obra artística, es posible posicionar a Aurora Reyes como una figura femenina multidisciplinaria que entreteje metarrelatos que se complementan entre sí, permitiendo entender a cabalidad la complejidad de la artista, activista y docente.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo Nacional de San Carlos, y ahora la Secretaría de Cultura de Chihuahua a través de Casa Chihuahua, celebra la vida y obra de una artista multifacética que logró cambiar los paradigmas de género de su época desde diferentes disciplinas artísticas. La muestra se conformó a partir del archivo personal de Aurora Reyes, con la intención de posicionarla como una figura de relevancia dentro de la historia del arte mexicano.
Aurora Reyes has been a female figure little studied in the history of Mexican art despite her great relevance and contributions to the development of national culture. She was the first woman to create a mural in Mexico in 1936 and, since then, she distinguished herself by being concerned about the problems of social inequality in the country, which she reflected throughout her life in both her plastic and literary work. Her vocation as a teacher focused on promoting the values of socialist education during the Cardenista period, by conceptualizing and implementing methodologies for artistic teaching, public and comprehensive, that linked the educational mission with artistic movements and their flow.
As a public servant, she was characterized by establishing significant changes within the Secretariat of Public Education, obtaining appointments that made it possible to dignify the notion and conditions of motherhood for working women and pave the way for the debate on gender perspective until achieving the vote for women in 1955.
In the field of plastic arts, her work covers a vast universe of styles and techniques; this aspect of her career is the least studied and recognized until now. Although her easel work is scarce, her drawing production reflects her creative impetus. Through the exploration of her artistic work, it is possible to position Aurora Reyes as a multidisciplinary female figure who weaves metanarratives that complement each other, allowing us to fully understand the complexity of the artist, activist and teacher.
The National Institute of Fine Arts and Literature (INBAL), through the National Museum of San Carlos, and now the Secretariat of Culture of Chihuahua through Casa Chihuahua, celebrates the life and work of a multifaceted artist who managed to change the gender paradigms of her time from different artistic disciplines. The exhibition was conformed from the personal archive of Aurora Reyes, with the intention of positioning her as a relevant figure within the history of Mexican art.
Valentina García Burgos
Mariano Meza Marroquín
Aurora Reyes ha sido una figura femenina poco estudiada por la historia del arte mexicano pese a su gran relevancia y aportaciones para el desarrollo de la cultura nacional. Fue la primera mujer en realizar un mural en México en 1936 y, desde entonces, se distinguió por preocuparse por las problemáticas de desigualdad social del país, mismas que plasmó a lo largo de su vida tanto en su obra plástica como literaria. Su vocación como docente se enfocó en promover los valores de la educación socialista durante el periodo cardenista, al conceptualizar e implementar metodologías para la enseñanza artística, públicas e integrales, que vincularon la misión educativa con los movimientos artísticos y su cauce.
Como servidora pública se caracterizó por establecer cambios significativos dentro de la Secretaría de Educación Pública, al obtener nombramientos que permitieron dignificar la noción y las condiciones de maternidad de las mujeres trabajadoras y abrir camino al debate de perspectiva de género hasta lograr el voto de la mujer en 1955.
En el ámbito de las artes plásticas su obra abarca un vasto universo de estilos y técnicas, este aspecto de su carrera es el menos estudiado y reconocido hasta ahora. Si bien, su obra de caballete es escasa, su producción dibujística da cuenta de su ímpetu creador. Mediante la exploración de su obra artística, es posible posicionar a Aurora Reyes como una figura femenina multidisciplinaria que entreteje metarrelatos que se complementan entre sí, permitiendo entender a cabalidad la complejidad de la artista, activista y docente.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo Nacional de San Carlos, y ahora la Secretaría de Cultura de Chihuahua a través de Casa Chihuahua, celebra la vida y obra de una artista multifacética que logró cambiar los paradigmas de género de su época desde diferentes disciplinas artísticas. La muestra se conformó a partir del archivo personal de Aurora Reyes, con la intención de posicionarla como una figura de relevancia dentro de la historia del arte mexicano.
Aurora Reyes has been a female figure little studied in the history of Mexican art despite her great relevance and contributions to the development of national culture. She was the first woman to create a mural in Mexico in 1936 and, since then, she distinguished herself by being concerned about the problems of social inequality in the country, which she reflected throughout her life in both her plastic and literary work. Her vocation as a teacher focused on promoting the values of socialist education during the Cardenista period, by conceptualizing and implementing methodologies for artistic teaching, public and comprehensive, that linked the educational mission with artistic movements and their flow.
As a public servant, she was characterized by establishing significant changes within the Secretariat of Public Education, obtaining appointments that made it possible to dignify the notion and conditions of motherhood for working women and pave the way for the debate on gender perspective until achieving the vote for women in 1955.
In the field of plastic arts, her work covers a vast universe of styles and techniques; this aspect of her career is the least studied and recognized until now. Although her easel work is scarce, her drawing production reflects her creative impetus. Through the exploration of her artistic work, it is possible to position Aurora Reyes as a multidisciplinary female figure who weaves metanarratives that complement each other, allowing us to fully understand the complexity of the artist, activist and teacher.
The National Institute of Fine Arts and Literature (INBAL), through the National Museum of San Carlos, and now the Secretariat of Culture of Chihuahua through Casa Chihuahua, celebrates the life and work of a multifaceted artist who managed to change the gender paradigms of her time from different artistic disciplines. The exhibition was conformed from the personal archive of Aurora Reyes, with the intention of positioning her as a relevant figure within the history of Mexican art.
Valentina García Burgos
Mariano Meza Marroquín
Aurora Reyes ha sido una figura femenina poco estudiada por la historia del arte mexicano pese a su gran relevancia y aportaciones para el desarrollo de la cultura nacional. Fue la primera mujer en realizar un mural en México en 1936 y, desde entonces, se distinguió por preocuparse por las problemáticas de desigualdad social del país, mismas que plasmó a lo largo de su vida tanto en su obra plástica como literaria. Su vocación como docente se enfocó en promover los valores de la educación socialista durante el periodo cardenista, al conceptualizar e implementar metodologías para la enseñanza artística, públicas e integrales, que vincularon la misión educativa con los movimientos artísticos y su cauce.
Como servidora pública se caracterizó por establecer cambios significativos dentro de la Secretaría de Educación Pública, al obtener nombramientos que permitieron dignificar la noción y las condiciones de maternidad de las mujeres trabajadoras y abrir camino al debate de perspectiva de género hasta lograr el voto de la mujer en 1955.
En el ámbito de las artes plásticas su obra abarca un vasto universo de estilos y técnicas, este aspecto de su carrera es el menos estudiado y reconocido hasta ahora. Si bien, su obra de caballete es escasa, su producción dibujística da cuenta de su ímpetu creador. Mediante la exploración de su obra artística, es posible posicionar a Aurora Reyes como una figura femenina multidisciplinaria que entreteje metarrelatos que se complementan entre sí, permitiendo entender a cabalidad la complejidad de la artista, activista y docente.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo Nacional de San Carlos, y ahora la Secretaría de Cultura de Chihuahua a través de Casa Chihuahua, celebra la vida y obra de una artista multifacética que logró cambiar los paradigmas de género de su época desde diferentes disciplinas artísticas. La muestra se conformó a partir del archivo personal de Aurora Reyes, con la intención de posicionarla como una figura de relevancia dentro de la historia del arte mexicano.
Aurora Reyes has been a female figure little studied in the history of Mexican art despite her great relevance and contributions to the development of national culture. She was the first woman to create a mural in Mexico in 1936 and, since then, she distinguished herself by being concerned about the problems of social inequality in the country, which she reflected throughout her life in both her plastic and literary work. Her vocation as a teacher focused on promoting the values of socialist education during the Cardenista period, by conceptualizing and implementing methodologies for artistic teaching, public and comprehensive, that linked the educational mission with artistic movements and their flow.
As a public servant, she was characterized by establishing significant changes within the Secretariat of Public Education, obtaining appointments that made it possible to dignify the notion and conditions of motherhood for working women and pave the way for the debate on gender perspective until achieving the vote for women in 1955.
In the field of plastic arts, her work covers a vast universe of styles and techniques; this aspect of her career is the least studied and recognized until now. Although her easel work is scarce, her drawing production reflects her creative impetus. Through the exploration of her artistic work, it is possible to position Aurora Reyes as a multidisciplinary female figure who weaves metanarratives that complement each other, allowing us to fully understand the complexity of the artist, activist and teacher.
The National Institute of Fine Arts and Literature (INBAL), through the National Museum of San Carlos, and now the Secretariat of Culture of Chihuahua through Casa Chihuahua, celebrates the life and work of a multifaceted artist who managed to change the gender paradigms of her time from different artistic disciplines. The exhibition was conformed from the personal archive of Aurora Reyes, with the intention of positioning her as a relevant figure within the history of Mexican art.
Valentina García Burgos
Mariano Meza Marroquín
Aurora Reyes (Parral, Chihuahua 1908 - Ciudad de México, 1985) llegó a la ciudad de México a la edad de 7 años junto con su familia, debido a la persecución política de la que fueron objeto a causa de la Decena Trágica, evento del que fue partícipe su abuelo, el General Bernardo Reyes (1849-1913).
En 1915 fue inscrita a la Escuela Primaria República de Cuba y posteriormente, en 1920, a la Escuela Nacional Preparatoria (ENP). Un conflicto con la prefecta de la ENP provocó su expulsión definitiva y, en consecuencia, decidió continuar con sus estudios de dibujo en la Academia de San Carlos en el horario vespertino.
En 1926, y con tan solo 19 años, nació su primer hijo Héctor, producto de una relación inestable que duró poco tiempo. Ante su situación como madre soltera, en 1927 optó por inscribirse y dedicarse de tiempo completo a su labor de profesora urbana número 6, dentro de la Sección Dibujo y Trabajos Manuales, con adscripción al Departamento de Bellas Artes en las Escuelas primarias de la Ciudad de México; actividad que en esta época brindó a las mujeres la oportunidad de desarrollarse profesionalmente a la par de generar ingresos propios.
En paralelo a su carrera magisterial, Aurora continuó con su faceta de artista plástica, muchas de sus obras mantienen una temática de crítica social y de género. Ante la incapacidad de poder dedicarse de tiempo completo al arte, constantemente se enfocó en realizar apuntes y bocetos a modo de una bitácora visual, algunos de estos llegaron a concretarse en obras de caballete y otros más en ilustraciones.
Aurora Reyes (Parral, Chihuahua 1908 - Mexico City, 1985) arrived in Mexico City at the age of 7 along with her family, due to the political persecution to which they were subjected due to the Tragic Decade, an event in which her grandfather, General Bernardo Reyes (1849-1913), participated.
In 1915 she was enrolled at the República de Cuba Elementary School and later, in 1920, at the National Preparatory School (ENP). A conflict with the ENP prefect caused her final expelling and, consequently, she decided to continue her drawing studies at the San Carlos Academy in the evening hours.
In 1926, and at only 19 years old, her first son Héctor was born, the product of an unstable relationship that lasted a short time. Given her situation as a single mother, in 1927 she chose to enroll and dedicate herself full-time to her work as a number 6 urban teacher, within the Drawing and Manual Works Section, assigned to the Department of Fine Arts in the elementary schools of Mexico City; activity that at the time gave women the opportunity to develop professionally while generating their own income.
In parallel to her teaching career, Aurora continued with her role as a plastic artist; many of her works maintain a theme of social and gender criticism. Given the inability to dedicate herself full-time to art, she constantly focused on making notes and sketches as a visual log; some of these came to fruition in easel works and others in illustrations.
Aurora Reyes (Parral, Chihuahua 1908 - Ciudad de México, 1985) llegó a la ciudad de México a la edad de 7 años junto con su familia, debido a la persecución política de la que fueron objeto a causa de la Decena Trágica, evento del que fue partícipe su abuelo, el General Bernardo Reyes (1849-1913).
En 1915 fue inscrita a la Escuela Primaria República de Cuba y posteriormente, en 1920, a la Escuela Nacional Preparatoria (ENP). Un conflicto con la prefecta de la ENP provocó su expulsión definitiva y, en consecuencia, decidió continuar con sus estudios de dibujo en la Academia de San Carlos en el horario vespertino.
En 1926, y con tan solo 19 años, nació su primer hijo Héctor, producto de una relación inestable que duró poco tiempo. Ante su situación como madre soltera, en 1927 optó por inscribirse y dedicarse de tiempo completo a su labor de profesora urbana número 6, dentro de la Sección Dibujo y Trabajos Manuales, con adscripción al Departamento de Bellas Artes en las Escuelas primarias de la Ciudad de México; actividad que en esta época brindó a las mujeres la oportunidad de desarrollarse profesionalmente a la par de generar ingresos propios.
En paralelo a su carrera magisterial, Aurora continuó con su faceta de artista plástica, muchas de sus obras mantienen una temática de crítica social y de género. Ante la incapacidad de poder dedicarse de tiempo completo al arte, constantemente se enfocó en realizar apuntes y bocetos a modo de una bitácora visual, algunos de estos llegaron a concretarse en obras de caballete y otros más en ilustraciones.
Aurora Reyes (Parral, Chihuahua 1908 - Mexico City, 1985) arrived in Mexico City at the age of 7 along with her family, due to the political persecution to which they were subjected due to the Tragic Decade, an event in which her grandfather, General Bernardo Reyes (1849-1913), participated.
In 1915 she was enrolled at the República de Cuba Elementary School and later, in 1920, at the National Preparatory School (ENP). A conflict with the ENP prefect caused her final expelling and, consequently, she decided to continue her drawing studies at the San Carlos Academy in the evening hours.
In 1926, and at only 19 years old, her first son Héctor was born, the product of an unstable relationship that lasted a short time. Given her situation as a single mother, in 1927 she chose to enroll and dedicate herself full-time to her work as a number 6 urban teacher, within the Drawing and Manual Works Section, assigned to the Department of Fine Arts in the elementary schools of Mexico City; activity that at the time gave women the opportunity to develop professionally while generating their own income.
In parallel to her teaching career, Aurora continued with her role as a plastic artist; many of her works maintain a theme of social and gender criticism. Given the inability to dedicate herself full-time to art, she constantly focused on making notes and sketches as a visual log; some of these came to fruition in easel works and others in illustrations.
Con la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, se planteó la implementación del arte como herramienta educativa, y como uno de los ejes fundamentales del plan de estudios, lo cual trajo consigo un inusual impulso en la formación artística de las infancias. Durante el periodo del presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928) se proyectó un programa de enseñanza enfocado en las posibilidades de instruir a la niñez a través de ejercicios prácticos y el uso de las propias experiencias cotidianas de los niños y niñas, para lo cual se activaron talleres, se plantaron parcelas y realizaron manualidades dentro del sistema y método educativo.
Para ejecutar dicha tarea, la SEP privilegió el reclutamiento de profesores que contaran con una formación artística, por ello, Aurora Reyes pudo integrarse a la plantilla docente. De esta manera, inició una prolífica carrera dentro del magisterio hasta su jubilación en 1964. Su contribución a la enseñanza artística para el sistema de educación básica se reflejó a lo largo de su trayectoria en la implementación y seguimiento de los diversos métodos de dibujo propuestos por la Sección de Dibujo y Trabajos Manuales a cargo de artistas como Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) y Víctor M. Reyes (1936-1941).
En un contexto de cambio sociopolítico en México, las mujeres lograron profesionalizarse en diferentes actividades, siempre relacionadas con la idea de cuidado, como la docencia, la enfermería o el secretariado e integrarse así a las filas de la burocracia, lo que detonó un debate público sobre temas como la igualdad de oportunidades y derechos, la legalización del divorcio, el derecho a la propiedad privada y la posibilidad de contar con voz para sobrellevar procesos legales, así como tener la oportunidad de manifestar una opinión política.
With the creation of the Secretariat of Public Education (SEP) in 1921, the implementation of art as an educational tool was proposed, and as one of the fundamental axes of the curriculum, which brought with it an unusual boost in the artistic training of childhood. During the period of President Plutarco Elías Calles (1924-1928), a teaching program was planned, focused on the possibilities of instructing children through practical exercises and the use of the children's own daily experiences, for which workshops were activated, plots were planted and crafts were carried out within the educational system and method.
To carry out this task, the SEP prioritized the recruitment of teachers who had artistic training, which is why Aurora Reyes was able to join the teaching staff. In this way, she began a prolific career within the teaching profession until her retirement in 1964. Her contribution to artistic teaching for the basic education system was reflected throughout her career in the implementation and monitoring of the various drawing methods proposed by the Drawing and Manual Works Section by artists such as Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) and Víctor M. Reyes (1936-1941).
In a context of sociopolitical change in Mexico, women managed to become professional in different activities, always related to the idea of care, such as teaching, nursing or secretarial work, and thus join the ranks of the bureaucracy, which triggered a public debate on topics such as equal opportunities and rights, the legalization of divorce, the right to private property and the possibility of having a voice to confront legal processes, as well as having the opportunity to express a political opinion.
Con la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, se planteó la implementación del arte como herramienta educativa, y como uno de los ejes fundamentales del plan de estudios, lo cual trajo consigo un inusual impulso en la formación artística de las infancias. Durante el periodo del presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928) se proyectó un programa de enseñanza enfocado en las posibilidades de instruir a la niñez a través de ejercicios prácticos y el uso de las propias experiencias cotidianas de los niños y niñas, para lo cual se activaron talleres, se plantaron parcelas y realizaron manualidades dentro del sistema y método educativo.
Para ejecutar dicha tarea, la SEP privilegió el reclutamiento de profesores que contaran con una formación artística, por ello, Aurora Reyes pudo integrarse a la plantilla docente. De esta manera, inició una prolífica carrera dentro del magisterio hasta su jubilación en 1964. Su contribución a la enseñanza artística para el sistema de educación básica se reflejó a lo largo de su trayectoria en la implementación y seguimiento de los diversos métodos de dibujo propuestos por la Sección de Dibujo y Trabajos Manuales a cargo de artistas como Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) y Víctor M. Reyes (1936-1941).
En un contexto de cambio sociopolítico en México, las mujeres lograron profesionalizarse en diferentes actividades, siempre relacionadas con la idea de cuidado, como la docencia, la enfermería o el secretariado e integrarse así a las filas de la burocracia, lo que detonó un debate público sobre temas como la igualdad de oportunidades y derechos, la legalización del divorcio, el derecho a la propiedad privada y la posibilidad de contar con voz para sobrellevar procesos legales, así como tener la oportunidad de manifestar una opinión política.
With the creation of the Secretariat of Public Education (SEP) in 1921, the implementation of art as an educational tool was proposed, and as one of the fundamental axes of the curriculum, which brought with it an unusual boost in the artistic training of childhood. During the period of President Plutarco Elías Calles (1924-1928), a teaching program was planned, focused on the possibilities of instructing children through practical exercises and the use of the children's own daily experiences, for which workshops were activated, plots were planted and crafts were carried out within the educational system and method.
To carry out this task, the SEP prioritized the recruitment of teachers who had artistic training, which is why Aurora Reyes was able to join the teaching staff. In this way, she began a prolific career within the teaching profession until her retirement in 1964. Her contribution to artistic teaching for the basic education system was reflected throughout her career in the implementation and monitoring of the various drawing methods proposed by the Drawing and Manual Works Section by artists such as Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) and Víctor M. Reyes (1936-1941).
In a context of sociopolitical change in Mexico, women managed to become professional in different activities, always related to the idea of care, such as teaching, nursing or secretarial work, and thus join the ranks of the bureaucracy, which triggered a public debate on topics such as equal opportunities and rights, the legalization of divorce, the right to private property and the possibility of having a voice to confront legal processes, as well as having the opportunity to express a political opinion.
Con la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, se planteó la implementación del arte como herramienta educativa, y como uno de los ejes fundamentales del plan de estudios, lo cual trajo consigo un inusual impulso en la formación artística de las infancias. Durante el periodo del presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928) se proyectó un programa de enseñanza enfocado en las posibilidades de instruir a la niñez a través de ejercicios prácticos y el uso de las propias experiencias cotidianas de los niños y niñas, para lo cual se activaron talleres, se plantaron parcelas y realizaron manualidades dentro del sistema y método educativo.
Para ejecutar dicha tarea, la SEP privilegió el reclutamiento de profesores que contaran con una formación artística, por ello, Aurora Reyes pudo integrarse a la plantilla docente. De esta manera, inició una prolífica carrera dentro del magisterio hasta su jubilación en 1964. Su contribución a la enseñanza artística para el sistema de educación básica se reflejó a lo largo de su trayectoria en la implementación y seguimiento de los diversos métodos de dibujo propuestos por la Sección de Dibujo y Trabajos Manuales a cargo de artistas como Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) y Víctor M. Reyes (1936-1941).
En un contexto de cambio sociopolítico en México, las mujeres lograron profesionalizarse en diferentes actividades, siempre relacionadas con la idea de cuidado, como la docencia, la enfermería o el secretariado e integrarse así a las filas de la burocracia, lo que detonó un debate público sobre temas como la igualdad de oportunidades y derechos, la legalización del divorcio, el derecho a la propiedad privada y la posibilidad de contar con voz para sobrellevar procesos legales, así como tener la oportunidad de manifestar una opinión política.
With the creation of the Secretariat of Public Education (SEP) in 1921, the implementation of art as an educational tool was proposed, and as one of the fundamental axes of the curriculum, which brought with it an unusual boost in the artistic training of childhood. During the period of President Plutarco Elías Calles (1924-1928), a teaching program was planned, focused on the possibilities of instructing children through practical exercises and the use of the children's own daily experiences, for which workshops were activated, plots were planted and crafts were carried out within the educational system and method.
To carry out this task, the SEP prioritized the recruitment of teachers who had artistic training, which is why Aurora Reyes was able to join the teaching staff. In this way, she began a prolific career within the teaching profession until her retirement in 1964. Her contribution to artistic teaching for the basic education system was reflected throughout her career in the implementation and monitoring of the various drawing methods proposed by the Drawing and Manual Works Section by artists such as Adolfo Best Maugard (1921-1924), Manuel Rodríguez Lozano (1924-1925), Juan Olaguibel (1925-1927) and Víctor M. Reyes (1936-1941).
In a context of sociopolitical change in Mexico, women managed to become professional in different activities, always related to the idea of care, such as teaching, nursing or secretarial work, and thus join the ranks of the bureaucracy, which triggered a public debate on topics such as equal opportunities and rights, the legalization of divorce, the right to private property and the possibility of having a voice to confront legal processes, as well as having the opportunity to express a political opinion.
Para la década de 1930 la habilidad política de Aurora era reconocida dentro de la SEP. Su destacado trabajo como docente la había posicionado dentro de la institución como una figura de autoridad para la toma de ciertas decisiones. Esto la llevó a obtener el nombramiento de inspectora de escuelas primarias, sin embargo, el nuevo rango no se vio reflejado en el aumento de su salario. Pese a su derecho escalafonario tampoco se otorgaron los beneficios de la plaza que ocupaba, a diferencia de lo que sí pasaba con sus homólogos hombres. Aurora Reyes se enfrentó a la normalizada desacreditación de género a pesar de las responsabilidades que el cargo demandaba.
En 1937 inició su actividad sindicalista, como representante de la Unión de Profesores de Artes Plásticas del Distrito Federal y se abrió camino para una carrera política dentro de la SEP, donde velaría por la igualdad de condiciones y derechos de las maestras, desde el organismo interno del STERM llamado Secretaría de Acción Femenil (SAF). Algunas de sus propuestas planteadas desde esta instancia fueron a favor de los derechos de maternidad tales como lactancia, la extensión de licencia posparto y la más significativa, la fundación de dos guarderías infantiles con sede en la Escuela Alberto Tejeda y en la Escuela Nacional de Maestros, ambas en Tacubaya, Ciudad de México.
By the 1930s, Aurora's political skill was recognized within the SEP. Her outstanding work as a teacher had positioned her within the institution as an authority figure for making certain decisions. This led her to obtain the promotion to primary school inspector, however, the new rank was not reflected in an increase to her salary. Despite her rank right, the benefits of the position she occupied were not granted either, unlike what did happen with her male counterparts. Aurora Reyes faced the normalized gender discrediting despite the responsibilities that the position demanded.
In 1937 she began her union activity, as a representative of the Union of Plastic Arts Teachers of the Federal District and paved the way for a political career within the SEP, where she would ensure equal conditions and rights for female teachers, from the internal body of the STERM called the Secretariat of Women's Action (SAF). Some of her proposals raised from this instance were in favor of maternity rights such as breastfeeding, the extension of postpartum leave and the most significant, the founding of two daycare centers based at the Alberto Tejeda School and the National Teachers' School, both in Tacubaya, Mexico City.
En la década de 1930, Aurora Reyes estuvo inmersa en las actividades sindicales del magisterio desde la Secretaría de Acción Femenil. Al mismo tiempo era miembro del Partido Comunista Mexicano (PCM) y formaba parte de los grupos feministas “Solidarismo Femenino” y “Las Pavorosas”, una agrupación que denunció la desigualdad de género dentro del partido y en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). En 1935 participó en la primera exposición colectiva de carteles y fotomurales realizados por mujeres que organizó el Departamento de Bellas Artes, y desde entonces siempre vinculó su misión de educadora a los movimientos artísticos.
Como funcionaria, en las décadas subsiguientes, se dedicó a diseñar un plan de trabajo integral cuyo propósito se enfocó en la figura de la maestra y las problemáticas que implicaba ser mujer trabajadora, denunciando la disparidad de condiciones sociales y culturales. Su posicionamiento, creó consciencia en las docentes de la institución y promovió nuevos enfoques para las dinámicas de trabajo ya que 80 % del magisterio estaba conformado por mujeres.
Su interés por la perspectiva de género se encuentra constantemente representado en su obra artística. Su ímpetu e ideales expresan la diversidad que engloba el vasto universo de la feminidad. A principios del siglo XX la idea de maternidad y otras formas de concebir la feminidad fueron representadas constantemente por artistas hombres, tales son los casos de las alegorías de maternidad y patria; personajes femeninos dentro de las escenas del muralismo para denunciar la desigualdad de clases; o la repetitiva noción de mujer como musa que emana pureza o erotismo y alude a una emotividad desde el enfoque meramente masculino. Sin embargo, Aurora Reyes, junto con otras compañeras de ideales y lucha, realizó obras, desde una perspectiva femenina, de lo que significa ser madre, artista o trabajadora. Los rostros de mujeres que realizó Reyes en diferentes etapas de su vida exploran la diversidad de lo femenino y articula otros modos para concebir la maternidad, el deseo y la vida cotidiana.
In the 1930s, Aurora Reyes was immersed in teachers' union activities from the Women's Action Secretariat. At the same time she was a member of the Mexican Communist Party (PCM) and was part of the feminist groups “Solidarismo Femenino” ("Female Solidarity") and “Las Pavorosas” ("The Dreadfuls"), a group that denounced gender inequality within the party and in the League of Revolutionary Writers and Artists (LEAR). In 1935 she participated in the first collective exhibition of posters and photomurals made by women organized by the Fine Arts Department, and since then she has always linked her mission as an educator to artistic movements.
As a civil servant, in the subsequent decades, she dedicated herself to designing a comprehensive work plan whose purpose focused on the figure of the female teacher and the problems that being a working woman entailed, denouncing the disparity of social and cultural conditions. Her positioning created awareness among the institution's female teachers and promoted new approaches to work dynamics since 80% of the teaching staff was made up of women.
Her interest in gender perspective is constantly represented in her artistic work. Her drive and ideals express the diversity that encompasses the vast universe of femininity. At the beginning of the 20th century, the idea of motherhood and other ways of conceiving femininity were constantly represented by male artists, such as the allegories of motherhood and homeland; female characters within the mural scenes to denounce class inequality; or the repetitive notion of a woman as a muse that emanates purity or eroticism and alludes to emotionality from a purely masculine approach. However, Aurora Reyes, along with other companions of ideals and struggle, made works, from a female perspective, about what it means to be a mother, artist or worker. The faces of women that Reyes made at different stages of her life explore the diversity of the feminine and articulate other ways to conceive motherhood, desire and daily life.
Entre 1920 y 1940 la Secretaría de Educación Pública (SEP) realizó una importante labor editorial, para lo que convocó a literatos, pedagogos y artistas plásticos a colaborar en publicaciones orientadas a la enseñanza, que acercaran al pueblo a la cultura por medio de libros que, además de útiles, fueran, en la medida de lo posible, artísticos.
El trabajo que Aurora Reyes desarrolló como ilustradora comenzó en 1940, cuando Victor M. Reyes, entonces director de la Sección de Dibujo y Trabajos Manuales de la SEP, le encargó la creación de las viñetas para el libro de texto México Nuevo, Libro Primero de Lectura. En dicho encargo Reyes utilizó su propia experiencia y cercanía con las infancias para crear ilustraciones lúdicas y llenas de dinamismo. Las ilustraciones de Reyes se distinguieron por un esmerado trabajo de síntesis de las formas, resultado de una observación cautelosa, para lo que la artista crea un detallado proceso de bocetaje, que culmina hasta concretar todo un concepto a través de unas cuantas líneas.
El trabajo como ilustradora realizado por Aurora Reyes consumía gran cantidad de su tiempo, el desarrollo y consolidación de sus ideas materializado en sus ilustraciones, podía llevar semanas o meses, sin embargo, esta tarea además de otorgarle una gran satisfacción, también le significaba ingresos extra.
En este sentido, la obra realizada por Reyes abrió brecha para que una generación de ilustradoras pudieran ocupar lugares creativos en la elaboración de libros infantiles, folletos y revistas, lo cual abonaría a la dignificación de la labor femenina dentro del diseño editorial.
Between 1920 and 1940, the Secretariat of Public Education (SEP) carried out important editorial work, for which it called on writers, educators and plastic artists to collaborate on publications aimed at teaching, which brought the people closer to culture by means of books that, in addition to being useful, were, as far as possible, artistic.
The work that Aurora Reyes developed as an illustrator began in 1940, when Victor M. Reyes, then director of the Drawing and Manual Works Section of the SEP, commissioned her to create the vignettes for the textbook México Nuevo, Libro Primero de Lectura. In this assignment, Reyes used her own experience and closeness to children to create playful and dynamic illustrations. Reyes' illustrations were distinguished by a careful work of synthesis of forms, the result of cautious observation, for which the artist created a detailed sketching process, which culminated in concretizing an entire concept through a few strokes.
The work as an illustrator carried out by Aurora Reyes consumed a large amount of her time, the development and consolidation of her ideas materialized in her illustrations could take weeks or months, however, this task, in addition to giving her great satisfaction, also meant extra income.
In this sense, the work carried out by Reyes opened the way for a generation of female illustrators to occupy creative positions in the production of children's books, brochures and magazines, which would contribute to the dignity of women's work within editorial design.
Desde sus primeros años, Aurora Reyes desarrolló una gran admiración por la naturaleza y los paisajes que la rodeaban; la observación de la luz, el color y las formas constituyeron las primeras lecciones plásticas de la artista, elementos que más tarde se convirtieron en piezas claves de su obra.
El paisaje árido de su natal Parral, en el estado de Chihuahua, fue determinante para despertar en Reyes la fascinación por el paisaje, pues en éste encontraba formas rocosas que para ella resultaban esculturas creadas por la misma naturaleza, resguardadas por un cielo constantemente cambiante, a veces multicolor y otras veces solo gris, pero siempre infinito y poderoso.
En contraparte a los recuerdos áridos que le evocaban el paisaje desértico de su niñez, el mar, significaba para Aurora Reyes el renacimiento, el lugar en el que la materia se renueva en un constante principio y fin, que da cabida al ciclo de la vida. Es en este sentido, que Reyes encuentra en las formas marítimas una analogía de la corporalidad femenina, entendiendo al mar y la mujer como el origen del todo.
En 1953, Aurora Reyes publicó la compilación de poemas Humanos paisajes, cuyas ilustraciones condensan la idea del humano fusionado con el paisaje, recordando que las formas del cuerpo se encuentran estrechamente relacionadas con las formas orgánicas, que conectan al ser humano con el paisaje natural, lugar del que proviene su verdadero origen, en una clara invitación a vincular al ser con la naturaleza.
From her early years, Aurora Reyes developed a great admiration for nature and the landscapes that surrounded her; the observation of light, color and shapes constituted the artist's first plastic lessons, elements that later became key pieces of her work.
The arid landscape of her native Parral, in the state of Chihuahua, was decisive in awakening Reyes' fascination with the landscape, since in it she found rock forms that for her were sculptures created by nature itself, protected by a constantly changing sky, sometimes multicolored and other times just gray, but always infinite and powerful.
In contrast to the arid memories that the desert landscape of her childhood evoked, the sea meant rebirth for Aurora Reyes, the place in which matter is renewed in a constant beginning and end, which makes room for the cycle of life. It is in this sense that Reyes finds in maritime forms an analogy of female corporality, understanding the sea and women as the origin of everything.
In 1953, Aurora Reyes published the compilation of poems Human Landscapes, whose illustrations condense the idea of the human being fused with the landscape, remembering that the shapes of the body are closely related to organic forms, which connect the human being with the natural landscape, the place from which its true origin comes, in a clear invitation to link the being with nature.
A partir de 1921 inició el movimiento muralista, promovido por el entonces secretario de Educación Pública José Vasconcelos (1921 - 1924). El proyecto, a grandes rasgos, pretendió generar un sistema iconográfico que representara los ideales nacionalistas del México posrevolucionario.
Como muchos otros movimientos artísticos, el muralismo se desarrolló bajo una óptica masculina y por ello resultó excepcional la incorporación de Aurora Reyes a la creación muralística, al ser ganadora del concurso convocado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) para revestir el vestíbulo del recientemente concluido Centro Escolar Revolución. Esta escuela se levantó en los antiguos terrenos de la Cárcel de Belén, lo que significó un símbolo del nuevo régimen posrevolucionario. El Centro Escolar fue un emblema del paradigma educativo laico y socialista. La temática del mural Atentado a las maestras rurales (1936), da cuenta de las controversias y ataques que sufrieron las maestras durante la guerra cristera. En el mural se aprecia una mujer víctima de la resistencia de los oponentes a la iniciativa de una educación laica, mientras que un niño y una niña son testigos de la violencia del acto. No es inusual que esta temática fuera del interés de Aurora Reyes, ya que conocía las circunstancias que padecían las maestras del país.
En 1945 Reyes realizó los bocetos para un mural, que finalmente no se concretó, cuyo objetivo era plasmar la historia del Instituto Politécnico Nacional. Este mismo año pintó un mural transportable sobre la mujer campesina y los usos del rebozo, mismo que desapareció después de presentarse en la feria ganadera organizada por la Confederación Nacional Campesina.
En 1961 pintó en toda la superficie del Auditorio 15 de mayo, dentro del complejo del SNTE, cuatro murales: Trayectoria de la cultura en México; Presencia del maestro en los movimientos históricos de la patria; Espacio, objetivo y futuro; y Constructores de la cultura nacional, este último se compone de treinta y uno rostros de personajes a los que Aurora Reyes consideró relevantes para la construcción de la historia de México.
En 1978 realizó el mural El primer encuentro, en el salón de cabildos de la Alcaldía de Coyoacán. La temática se basa en una escena de carácter histórico en el cual retoma elementos representativos de la zona.
Finalmente en 1980 elaboró los bocetos para el proyecto mural no realizado sobre la historia del periodismo, con la intención de plasmarlos dentro del Club de periodistas. Aunque la producción de murales de Aurora es limitada su relevancia es fundamental dentro la historia del muralismo, pues sus obras todavía son representativas para el gremio docente, como un legado de los procesos políticos y sociales por los que atravesó el sistema educativo en nuestro país.
Starting in 1921, the muralist movement began, promoted by the then Secretary of Public Education José Vasconcelos (1921 - 1924). The project, broadly speaking, sought to generate an iconographic system that represented the nationalist ideals of post-revolutionary Mexico.
Like many other artistic movements, muralism was developed from a masculine perspective and that is why the incorporation of Aurora Reyes to mural creation was exceptional, as she was the winner of the competition organized by the League of Revolutionary Writers and Artists (LEAR) to cover the lobby of the recently completed Revolution School Center. This school was built on the old grounds of the Belén Prison, and became a symbol of the new post-revolutionary regime. The School Center was an emblem of the secular and socialist educational paradigm. The theme of the mural Attack on Rural Women Teachers (1936) reflects the controversies and attacks that teachers suffered during the Cristero War. In the mural you can see a woman who is a victim of the resistance of opponents to the secular education initiative, while a boy and a girl witness the violence of the act. It is not unusual that this topic was of interest to Aurora Reyes, since she knew the circumstances suffered by the country's teachers.
In 1945 Reyes made sketches for a mural, which ultimately did not materialize, whose objective was to capture the history of the National Polytechnic Institute. This same year she painted a transportable mural about peasant women and the uses of the rebozo, which disappeared after being presented at the Livestock Fair organized by the National Peasant Confederation.
In 1961 she painted four murals on the entire surface of the 15 de Mayo Auditorium, within the SNTE complex: Trajectory of Culture in Mexico; Presence of the Teacher in the Historical Movements of the Country; Space, Future Objective; and Builders of National Culture, the latter is made up of thirty-one faces of characters whom Aurora Reyes considered relevant to the construction of the history of Mexico.
In 1978 she created the mural The First Encounter, in the council hall of the Town Hall of Coyoacán. The theme is based on a historical scene in which she takes up representative elements of the area.
Finally, in 1980 he prepared the sketches for the unrealized mural project on the history of journalism, with the intention of capturing them within the Journalists Club. Although Aurora's mural production is limited, its relevance is fundamental in the history of muralism, since her works are still representative for the teaching profession, as a legacy of the political and social processes that the educational system in our country went through.
1961
Temple clásico
332.4m2
Director técnico: Antonio Pujol
Ayudantes: Josefina Quezada, Jesús Niño C. y Salvador Rodríguez
1961
Classic Tempera
332.4m2
Technical director: Antonio Pujol
Assistants: Josefina Quezada, Jesús Niño C. and Salvador Rodríguez
1961
Temple clásico
332.4m2
Director técnico: Antonio Pujol
Ayudantes: Josefina Quezada, Jesús Niño C. y Salvador Rodríguez
1961
Classic Tempera
332.4m2
Technical director: Antonio Pujol
Assistants: Josefina Quezada, Jesús Niño C. and Salvador Rodríguez