La insurrección de principios del siglo XIX trajo consigo la necesidad de instalar casas de moneda provisionales en algunos centros mineros del interior novohispano. Durante la insurgencia, en 1811, se estableció en la villa de San Felipe el Real de Chihuahua una Casa de Moneda que permaneció activa hasta 1814 y se encontraba en la parte posterior de lo que fueran las Casas Consistoriales. Posteriormente en la segunda mitad del s.XIX, el Sr. Cordero arrienda a la federación los terrenos de lo que fuera el excolegio de jesuitas, demolido en 1878, para que ahí opere nuevamente la Casa de Moneda, que funcionará hasta el 30 de junio de 1896.
La “ceca” de Chihuahua estaba conformada por un área de almacén y depósitos de carbón, la fragua, las calderas y la fundición, en un aposento con amplia ventilación; la cámara, el apartado y el ensaye donde separaban los minerales de impurezas y dibujaban el modelo de las piezas acuñadas; los almacenes y la intendencia utilizados para guardar los minerales, el azogue y las monedas acuñadas (las monedas acuñadas eran vaciadas, no troqueladas).
El territorio que hoy ocupa el estado de Chihuahua y su gente tuvieron importantes participaciones durante los periodos de intervención de la República. En diciembre de 1846, el peligro de una invasión estadounidense a México pasando por el estado de Chihuahua, hizo que el gobernador constitucional Ángel Trías Álvarez organizara la guardia nacional, fundiera cañones y preparara armamento. El día 27 de ese mes, las tropas estadounidenses al mando del Coronel Alexander Doniphan ocuparon Paso del Norte (hoy Cd. Juárez), avanzando hacia la ciudad de Chihuahua. El 28 de febrero se produjo la batalla de Sacramento con un improvisado ejército de patriotas chihuahuenses, quienes fueron derrotados. Para el 2 de marzo de 1847, los invasores ocupaban ya también la ciudad de Chihuahua. El 2 de febrero de 1848, al firmarse los acuerdos del Tratado de Guadalupe Hidalgo, el estado de Chihuahua perdió parte de su territorio; perdiendo otra parte en 1853 al venderse La Mesilla.
En 1855, tras el triunfo del Plan de Ayutla, el gobernador de Chihuahua José María Palacios inauguró el Instituto Científico y Literario, a la vez que en el estado comenzó la aplicación de la Ley Lerdo o de Desamortización de Bienes de Manos Muertas. Luego, el 5 de mayo de 1862 el Batallón Primero de Chihuahua se incorporó al ejército de oriente en la defensa de Puebla contra los franceses.
En uno de los hechos de mayor relevancia para la historia de Chihuahua, el 12 de octubre de 1864 el presidente Benito Juárez y algunos de sus ministros arribaron a la ciudad de Chihuahua luego de haber tenido que salir de la Ciudad de México ante el peligro de la ocupación francesa. Juárez no regresaría a la Ciudad de México sino hasta el 15 de julio de 1867, tras la derrota del Segundo Imperio de Maximiliano. Chihuahua fue capital de la República durante 2 años, 9 meses y 13 días.
Ya durante el porfiriato (1876 — 1911), se construyó en el estado el Ferrocarril Central Mexicano, se aumentó la red telegráfica federal, se introdujo el teléfono y se abrieron nuevas fuentes de trabajo. En Chihuahua se crearon grandes latifundios. Entre 1890 y 1897, los trabajadores del Ferrocarril Central de Chihuahua se declararon en huelga. Otros prolegómenos de la Revolución en Chihuahua fue la rebelión contra el régimen porfirista encabezada por Cruz Chávez en Tomóchi, Distrito de Guerrero, en 1892. En 1904, Enrique Creel, yerno de Luis Terrazas, se convirtió en gobernador de Chihuahua, hasta 1906, y nuevamente de 1907 a 1911, encabezando uno de los periodos de máximo auge económico para la entidad. Sin embargo, para 1908 y 1909 las sequías y las heladas provocaron alzas en los precios y reducciones en los salarios, comenzando a soplar vientos de descontento y rebeldía. Era la antecámara de la Revolución.
Durante el gobierno de Enrique C. Creel se solicitó al presidente Porfirio Díaz un espacio para albergar las oficinas federales dispersas en la ciudad de Chihuahua. El proyecto fue aprobado, y el 11 de junio de 1906, en el periódico El Norte, se publicó un artículo en el que se informaba a los chihuahuenses como sería el edificio a construírse por los ingenieros Mariano M. del Campo y William A. Bird.
Se cedió el terreno de la Plaza de los Ejercicios y la Casa de Moneda fue demolida a principios de 1908 bajo la dirección del arquitecto Matías Babinski, respetándose una vez más, la torre que fuera utilizada como la última prisión del padre de la patria, Miguel Hidalgo.
La inauguración del Palacio Federal tuvo lugar el 16 de septiembre de 1910, presidiendo la ceremonia el gobernador de Chihuahua, José María Sánchez Pareja, en representación del presidente Porfirio Díaz, que entonces encabezaba las festividades del centenario de la gesta insurgente en la capital de la República. Sin embargo, la instalación de las oficinas dependientes de la federación no iniciaron sus operaciones sino hasta el 25 de marzo de 1911.
En el interior del Palacio se establecieron la Administración de Correos, la Oficina de Telégrafos, la Oficina Federal de Ensaye, la Pagaduría Civil Federal, la Dirección Federal de Educación, la Oficina de Alfabetización, la Agencia del Ministerio Público Federal y la Agencia de Minería.
En 1810, Antonio Cordero avisó por medio de una carta desde Monclova que en Nueva Orleans se tramaba una revolución en el reino de Nueva España. Ese mismo año, al iniciar el movimiento insurgente, el Comandante General de las Provincias Internas, Don Nemesio Salcedo, permitió al administrador de correos de Chihuahua abrir la correspondencia procedente de los pueblos sublevados. Finalmente, México alcanzaría su independencia en 1821, pasando el servicio de correos a formar parte de la Secretaría de Relaciones Interiores, Exteriores y Gobernación. Hacia 1856 se instituyó el uso de la estampilla, apareciendo en el primer sello postal mexicano la efigie de Don Miguel Hidalgo y Costilla. Fue en un carro de correos que Benito Juárez viajó en 1858 de Querétaro a Guanajuato, donde instaló su gobierno.
Hacia 1864, coexistían dos gobiernos en el país: la República Itinerante y el II Imperio Mexicano, emitiendo ambos sellos postales de forma paralela. En 1878 México ingresó a la Unión Postal Universal y en 1884 se promulgó en el país el primer código postal. Finalmente, en 1911 y durante la Revolución, el empleado postal Manuel Patiño Suárez fue fusilado por revolucionarios cuando cumplía con su trabajo.
Los buzones de hierro vaciado y forjado se instalaron en puntos importantes a lo largo y ancho de la República Mexicana. Las mochilas de cartero han sido artículos importantes para la realización de la labor postal. Timbres y postales representativos de la República Mexicana fueron importantes en el nuevo sistema de comunicación del correo mexicano. Durante mucho tiempo, la bicicleta fue el principal medio de transporte para la entrega de correspondencia, teniendo como particularidad la maleta de cuero para el resguardo y traslado del correo.
El Palacio Federal de Chihuahua fue sede, entre otras dependencias, de la Oficina de Correos y este medio de comunicación fue partícipe de diversos sucesos históricos de nuestro estado.
Hoy, el magnífico Palacio Federal es sede de Casa Chihuahua, un lugar orientado hacia la conservación y difusión del patrimonio histórico, arqueológico, etnográfico, artístico y natural del estado. Aquí puede encontrarse una amplia gama de ofertas culturales, entre las que se incluyen exposiciones permanentes y temporales, así como actividades artísticas y académicas.
Casa Chihuahua es el primer espacio en su género, siendo un centro referencial del patrimonio cultural que se aloja en el suelo chihuahuense.
Como sede de Casa Chihuahua, el antiguo Palacio Federal, después de una operación de más de noventa años, a través de los cuales el inmueble fue alterado en sus espacios de acuerdo a las necesidades de las instancias que aquí se ubicaron, tuvo que ser intervenido a fondo.
La restauración abarcó desde el análisis de su ubicación dentro del Centro Histórico, de las características y estabilidad de su estructura, hasta los detalles del diseño en todos sus elementos, para llegar a la adecuada solución en cada caso, y devolver al inmueble su magnífica presencia en este contexto. Se pudo comprobar en el proceso la gran calidad constructiva en sus elementos originales, lo cual permitió en algunos casos obtener ahorro en la inversión. Por otra parte, la solución en las instalaciones implicó una serie de trabajos complejos, debido a las características constructivas de casi cien años atrás, donde el concepto de adaptabilidad no era considerado. Además del desmantelamiento de todos los agregados, de la revisión, reubicación o sustitución de elementos originales, la limitación de espacio para crecer dió como alternativa recurrir al uso del espacio en azotea, donde se ubicaron los equipos para las instalaciones eléctricas y de climatización requeridas para su nuevo funcionamiento.
Última modificación el 26/02/2019 16:47:25 | Inicio |