Los animales habitan nuestro planeta desde mucho tiempo antes que la humanidad, son seres vivos que proceden de diversas especies, clasificados por sus características físicas, condiciones y modos de vida, han evolucionado y se han adaptado a los constantes cambios de su hábitat en el paso del tiempo; no podemos hablar de la historia de la humanidad sin incorporar el tema animal.
Desde las primeras representaciones en pintura rupestre, la necesidad humana de apropiación de la esencia de estos seres vivos fue evidente. El artista Alfredo Cota, mediante la escultura, crea una apología de la alegoría animal, haciendo alusión a las vivencias y reflexiones personales de su propia vida; cada obra que conforma esta muestra es un experimento introspectivo de autoanálisis que transmuta en la plasticidad tangible.
El artista consuma la interiorización de un mundo simbólico, definiéndose a sí mismo como un instrumento que da forma a los pensamientos creativos, dotando a la pieza de esencia, de espíritu, de algo inmaterial, trasladando esta idea a la escultura final mediante el detalle geométrico y pulido representativo de su obra, se vuelve además del sello plástico del artista, un reflejo que nos recuerda lo que somos y de dónde provenimos. Dicha esencia, dentro de esta muestra se vuelve fundamental en el significado e investigación de la obra del artista y puede ser interpretada también como éter, quinto elemento, que se creía que conformaba la mayor parte de los cuerpos celestes en la época clásica y que se integraba a los otros cuatro elementos: aire, fuego, tierra y agua. En esta exhibición los cinco elementos son el parámetro designado para la distribución y clasificación temática de las piezas, comenzando con el elemento aire donde se ubican obras con representaciones de animales que habitan y se relacionan con este elemento, las aves: como Águila, Halcón, Lechuza, Colibrí y Gallo; siguiendo con el elemento fuego, en un sentido alejado del hábitat y cercano al simbolismo, contiene la colección de obras con representaciones de serpientes, Hiena y Armadillo; en el elemento tierra se encuentran las obras como Galgo, Comadreja, Liebre y Zorro, la exposición continúa con el elemento agua, aquí se ubica la obra monumental suspendida Ballena; La exposición culmina con el elemento éter, representado en la unificación de todas las obras, con las piezas más emblemáticas como: Arca, esta pieza de composición teatral engloba las figuras y personajes más importantes en la vida del artista, en ella se representa a sí mismo como el humano en un costado del arca y en el lado opuesto su álter ego: el gorila, este personaje también se presenta por primera vez de manera monumental en el espacio público a un costado de este recinto.
La materia, definida por Cota como el soporte de realidad que sirve de mediador entre su idea y el espectador, es lo tangible. Las obras de esta muestra fueron realizadas en dos distintos materiales. Bronce, su uso surge de una alusión romántica a la escultura antigua, del reto de la manipulación del metal y el riesgo a veces letal que impone el uso de herramientas, solventes y altas temperaturas. Resinas, su uso proviene de la necesidad de expresar sentimientos y emociones al contar con una amplia gama de texturas, el artista, explora con la pigmentación y el acabado, dejando huellas visibles intencionales mediante las herramientas, su mente, cuerpo y manos, recibe la idea y la materializa hasta llegar a la obra final, en un proceso técnico complejo que alude a la evolución del hombre y de los animales, recordándonos que somos seres dinámicos en constante cambio y transformación.
Gala Marisa García Herrera
Curadora de la exposición
Alfredo Cota (1984). Artista plástico dedicado principalmente a la escultura, a través de la representación figurativa, crea imágenes de distintas especies animales en las que, mediante un tratamiento técnico de corte expresionista, impone un gesto agreste como símbolo de su propia expresividad artística. Gran parte de su trabajo creativo se enfoca principalmente en la técnica del modelado con plastilina, cuyo vaciado posterior se realiza en materiales rígidos, en especial la resina y el metal. Estas imágenes son una reflexión del artista sobre el propio comportamiento e instinto animal, haciendo un análisis de su trayectoria artística, Alfredo Cota busca plasmar en cada pieza una experiencia personal que funciona como recordatorio de la transitoriedad de su propia vida, un tema recurrente es la migración, una acción recurrente al cambiar de manera constante de territorio físico y mental, con el impulso de explorar así nuevas experiencias y generar aprendizaje, el artista nace y vive una parte de su vida en Chihuahua, y posteriormente se traslada a diversas ciudades de México y Estados Unidos.
Estudió la licenciatura en Artes Visuales en la Universidad de Guadalajara y en 2014 realizó un intercambio académico en la Universidad Diego Portales en Santiago de Chile, ha participado en diferentes exposiciones individuales y colectivas en distintos espacios de la República Mexicana. Actualmente radica en la Ciudad de México, en 2016 fue elegido para realizar la escultura conmemorativa de los 25 años del Auditorio Nacional en la Ciudad de México. En el mismo año, figuró como artista invitado de Moshi Art, también en la Ciudad de México, con su exposición individual “El Arca y El zorro”. Ha realizado exposiciones en diversas galerías y plataformas de visualización como Gallery Weekend y Corredor Cultural Roma Condesa. En 2019 participó en Art Vancouver International Art Fair. Su exposición individual itinerante más reciente “Animal, elemento y materia” se presentó a inicios del 2020 en el Museo de Arte de Ciudad Juárez, en mayo del 2021 en el Museo de Arte Nogales y actualmente se presenta en el Museo Casa Chihuahua.