La muestra de Osollo se mueve en un mundo desesperado por la incertidumbre al cuestionarse el modo habitual de vivir. Pareciera que estamos fabricando un plan de nuestra propia extinción humana y de nuestras especies. Inspirada en la carta del gran jefe Seattle de la tribu como respuesta a la petición de Franklin Pierce, presidente de Estados Unidos en 1854, una verdadera predicción a nuestros tiempos.
"¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada aguja brillante de pino, cada grano de arena de las riveras de los ríos. Esta agua cristalina que escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es solamente agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, deberán enseñar a sus hijos que ella es sagrada y que los reflejos misteriosos sobre las aguas claras de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo.
Él es el creador de todos los hombres y especies y su compasión se extiende por igual. Los blancos se extinguirán, quizás antes que todas las otras tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios desechos. Es el final de la vida y el inicio de la SUPERVIVENCIA."
Alejandra Osollo (Delicias, Chihuahua, 1979).
Aunque licenciada en Comunicación Gráfica, el camino de experimentación autodidacta de Alejandra Osollo arranca desde la infancia. Materiales como cera, tinta, telas, mallas, cartón, aceite, espejos y hasta alas de pájaro, se mezclan con las distintas técnicas pictóricas que va descubriendo. Mezcla que va construyendo un sello de identidad tan reconocible como accidental.
Trayectoria internacional